Un dos tres, colapso mental

Perdón, de nada.
¿Por qué me voy a rebajar? Sí, me encantó dejarte caer. Y al soltar tu mano ni pienses que me volví atrás a ver. Ni cruzarte, ni palabras. Ni miradas, no me voy a morir. Llevate lo que quieras, menos mi dignidad. Orgullo, como sea. Perdón, te hice llorar. Te hice sufrir. ¿Perdón? Perdón de nada. Cada uno tiene que guardarse un toque de respeto hacia el mismo. No voy a pensar tanto en esto, es un flash entre mil cámaras. Es una nube en todo el cielo. Es una luz en un boliche. Es una uva en un racimo. ¿Crees que no hay nada mejor? Para mí, no hay nada mejor que abrir los ojos. Pararme enfrente tuyo y decirte: Che capo, acá estoy. No me considero un tren que se fue, ni se va, nada más uno que vuelve para cuando quieras. Pero, uno que no va a parar. No tengo caminos para seguir, porque yo creo el mío. Y cierro los ojos y sigo, si tropiezo, bueno, me levantaré. Perdón por no parar y no darte oportunidad, pero ese es mi camino. Es necesario que a veces sea así. No voy a volver atrás.
Okey, no sirve de nada pensar sin hacer.
Okey, te perdoné.