Ganas de no pensar nada, que nadie me lleve ni me traiga. Que no me hablen. Que no escuchen y la única que escuche sea mi cabeza. Entenderme a mí. Correr y correr y correr, pensando que no hay algo por perseguir, o buscar o encontrar. Perderme un rato, estar un poco sola. Que el viento me abraze, no necesito nada más. Sacar afuera lo que llevo adentro, y no dejar nada. Porque quiero sacar todo, lo malo y lo bueno también. Pero dejarme algunos recuerdos, esos que me hacen querer perderme en algún lugar sola, porque no pensar en nada, a veces, me hace bien. Y lo necesito de vez en cuando.
A veces me canso de todas las voces y consejos, y eso desemboca en cansarme de mí. Creo que si no me aguanto yo, y tengo un poco de confianza no voy a llegar a ningún lado. Quiero quererme un poco. Algo está gritando: Necesito tiempo, espacio. Y por primera vez, no tiene nada que ver con vos. ¿Será que ya perdió el encanto esto?
¿Ganas de vos misma? Es muy sencillo: te encerrás en tu casa -si tenés balcón salís al balcón, con el solcito de invierno- y te decís "yo, sé yo... AHORA".
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