Regret
Estábamos ahí parados y nos conocíamos tan bien. Sabíamos del lunar en el ombligo y de la pestaña al revés. Pasábamos los minutos en silencio esperando que algo más nos llame, pero había un magnetismo que no nos dejaba ir. Soñamos despiertos ese día, con los sueños que ya habían pasado y quedado en el ayer. Había una especie de incomodidad entonces, pero ni una hoja caía de un árbol para cortar la estupefacción de los dos. Yo no quería ni exhalar mi respiración, estaba muy encerrada en mí para no mostrar nada "por demás". Vos estabas... cómo decirlo, como siempre, bah. Tranquilo. Parado con tus pies de forma un poco chueca pero que parecía graciosa al mismo tiempo.
Estábamos ahí parados y parecía que era la primera vez que nos veíamos. Es verdad, pasó mucho tiempo, y ese tiempo nos hizo algo. Bueno, malo, lindo, feo, pasó por nosotros como pasa el aire o el viento, y nos recorrió todo por dentro. Todo, excepto la cabeza. "¿Cuándo se termina esto?" te escuché pensar, la voz salió de mover tus dedos de forma nerviosa. Y yo sonriendo te dije que no sabía, que nunca supe tampoco como empezó. Tal vez estábamos jugando sin querer. Yo no quería que se termine pero hace algunos años había entendido que las cosas no pueden durar de igual manera durante tanto tiempo, que así nosotros nos aburrimos de nosotros, que ya nos conocíamos tan bien que no hacía falta buscar el lunar en el ombligo o la pestaña al revés, que el magnetismo que existía era entre nosotros mismos y no entre nosotros con-el-otro. Así que te dejé ir, como se deja caer una lágrima al parpadear a propósito o como se dejan caer las horas en el día. Y ese día no hubo que explicar nada, estaba todo ahí, tirado sobre la mesa. Había que barajar y dar de nuevo y ver si esta vez, después de desconocernos tanto tiempo podíamos, una vez, conocernos de verdad.
Gracias por enseñarme siempre algo más. Te quiero mucho.
Comentarios
Publicar un comentario